16 de julio de 2021

Cruzada medio güeva

,

Los cruzados corrieron a buscar las Indias


Los adalides que Pídase la otra había destacado para hacer averiguaciones sobre las leyendas en torno a Salamina, emprendieron su cruzada impelidos por la exigencia de la misión que les había sido encomendada, el ardor de sus corazones y una que otra comezón. El vocero del subcomité presentó este reporte que deja ver qué tan bien parados salieron de su aventura. 


En el año del señor de 2021 arribamos al poblado, adornados con nuestras armaduras, brillantes y plateadas (principalmente en nuestras cabezas) y, cada quien, aferrando con una mano la empuñadura de su arma, listo a desenvainar si menester fuera y si el cielo nos fuese benigno para hallar las bellas damiselas que requerían de nuestros servicios.


Al principio una noble matrona tan solo, sorprendida al ver tan hidalga comitiva, acudió a nuestro encuentro y con finos gestos y una mirada ciertamente esquiva, nos mostró las más elegantes y prestantes residencias. Tal como estaba previsto, se regó como pólvora la noticia de nuestra venida y es seguro que tantos estandartes y tantas lanzas erguidas produjeron un desmedido recato en las lugareñas, pues corrieron … a esconderse. Esto nos quedó claro cuando vimos que no apareció ninguna, al final.


Decididos a cumplir el cometido, no desfallecimos, sino que deambulamos durante varias horas por las calles solitarias con la fe intacta y el pundonor quemándonos las entrañas. Algunos caballeros, nublados por la desazón, propusieron violentar alguna casa y por la fuerza tomar alguna doncella, pero el insigne capitán, con caballeresco gesto les detuvo, recordándoles el carácter humanitario de nuestra misión y, ante todo, lo robustas y fuertes que se veían esas puertas.


Nos animamos entonces a penetrar en la posada más reputada del lugar, para limpiarnos el polvo del camino y recuperar, no solo las exiguas fuerzas sino el decaído ardor, con viandas típicas de la zona y alguna bebida espirituosa. Como fruto del convite, los frustrados caballeros decidimos abandonar la villa y partir en busca de mejor destino.


Antes de salir en pos de un territorio más amigable y ameno, hablamos con la matrona y le dejamos bien en claro que las pueblerinas debían mantener presente entre sus anales esta frustrada incursión, para que no anduvieran quejándose más adelante de soledades, malquerencias, abandonos ni faltas de afecto, pues luego de que la crónica de nuestras andanzas fuera dada a la luz, no les cabría esperar que comitiva alguna volviese a ese paraje tan en vano.


Tomamos rumbo al sur y bien entrada la tarde, casi de noche, arribamos al vecino poblado de Aranzazu, del cual teníamos referencias non muy sanctas, así que nos vimos presos de la ansiedad y el temor a lo desconocido, pero sobre todo víctimas de las muchas copas levantadas, que nos habían dejado con los sentidos y el juicio bastante mermados. Pero, lo que no se había apocado era nuestro arrojo, que nos guiaba a aventurarnos por aquel paraje que creíamos habitado por locos y locas como ningún otro sobre la tierra, con fama de atacar por la espalda a sus desprevenidas víctimas, en cualquier esquina de la plaza.


Percibimos que, para nuestra fortuna, la noticia de nuestra presencia ya se había esparcido por allí también, pues de nuevo las calles estaban vacías. No hubo nada de encuentros que nos movieran a mostrar nuestra virilidad y nuestra valentía. Nos pusimos el coraje y la sed de aventuras en bandolera y, con el rabo intacto entre las piernas emprendimos el regreso a casa.


Esa, la del ansiado retorno, fue la mejor parte de nuestra odisea. Ya en nuestro terruño, nos dimos a la práctica de nuestros deportes habituales con copas, tabaco y tríos (de guitarra, tiple y acordeón) y disfrutamos el jolgorio de los fines de semana, como desahogo y paliativo, sin pensar en hablar más de nuestro infortunado periplo.


Ante informe tan mezquino y a la vista del paupérrimo material audiovisual obtenido, la comisión encargada arribó a las siguientes conclusiones:


Los caldenses son muy habladores y sí, son terriblemente exagerados

Las mujeres de Salamina no son todas tan hermosas como se ha contado, al menos no las cuatro ancianas arrugadas con quienes lograron hablar, aunque cabe anotar que, por el brillo de sus ojos, parece que sí fueron muy bellas, unas décadas atrás. Por consiguiente, la proporción de mujeres a hombres en Salamina sí es de 80 a 20, pero no en cantidad sino en edad.


La grabación de un testimonio de la madama que atendió a los viajantes evidenció que las mujeres de allí no son brujas, peludas, malgeniadas ni casquivanas, sino que prefieren estar solas que mal acompañadas. Hasta tal punto, que la zona de tolerancia se acabó por falta de clientes (ella tuvo que dedicarse a otras actividades) y los hombres buscaron desahogo en el pueblo vecino.


A pesar de que los resultados obtenidos no colmaron las expectativas del grupo, el comité decidió que para lo único que se nos ocurre que podrían servir estos caballeros es para buscar evidencias de otro rumor que hemos recibido: que en Boyacá existe el pueblo con ¡el mayor consumo de cerveza per cápita del mundo!


4 comentários to “Cruzada medio güeva”

  • 17 de julio de 2021, 5:58 a.m.
    Unknown says:

    El pueblo de Boyaca en mencion es...............Aquitania

  • 17 de julio de 2021, 6:58 a.m.
    Rudolf says:

    Ese cuento de las mujeres de salamina se lo vengo escuchando a un amigo de Bogotá hace años en la foto trata de esconderse.detras de una cruz, y seguramente escribió este artículo.un saludo para el A V.P

  • 27 de agosto de 2021, 9:14 p.m.

    Hola, Rodolfo, amigo fiel. A veces es importante meter el dedo en la llaga y no comerse el cuento entero, tal como se lo quieren echar a uno.

  • 27 de agosto de 2021, 9:15 p.m.

    Pues, Aquí...tamos

Publicar un comentario

Si quiere comentar este artículo escribalo en la casilla siguiente. Para que le podamos contestar, por favor incluya su nombre seleccionando comentar como y nombre/url. Seleccione luego publicar.

 

Pídase la otra Copyright © 2011 -- Template created by O Pregador -- Powered by Blogger Templates