Muerte súbita
“Arrodíllate ante Dios, Subausaque”, ordenó aquel hombre, levantando un objeto plateado y posando una mano sobre su cabeza.
Esta sería la última vez que oiría pronunciar su nombre. Todo iba a morir allí. Aterrorizado, silente, recordó lo que le habían dicho sobre el pecado, la cruz, la vida eterna. El brazo descendió hacia su nuca. Sintió que su espíritu se iba. Cerró los ojos y crispó los dedos. Apretó los dientes y aspiró profundo llenando de aire sus pulmones.
Sintió el agua helada sobre sí mientras escuchaba: “En el nombre del Padre, yo te bautizo: Nicasio Mondoñedo”.
N.E. Cuento escrito para “Bogotá en 100 palabras” que narra la historia del primer aborigen bautizado en el Nuevo Reino de Granada. En su interés por borrar la memoria indígena, Subausaque recibió el nombre más corto posible en idioma español.