Con el paso del tiempo, el tiempo no pasa igual
Preocupado con asuntos como los gases, el efecto invernadero y el calentamiento global, me sumergí en esos temas ecológicos en la televisión y aterrado vine a enterarme que la Tierra está disminuyendo su velocidad de rotación.
Los científicos han descubierto que en su adolescencia el planeta giraba enloquecido (como cualquier adolescente, al fin y al cabo), así que un día duraba tan solo 16 horas. Ahora vamos en 24 horas por día, pero llegará un funesto instante en que el globo se detendrá del todo. Si eso sucediera de sopetón, todo lo que está acá, lo que vemos y lo que no, pero que está girando constantemente a 1670 km/h saldría disparado por todo el espacio, debido a la inercia (y se quejan si uno supera los 80 km/h). Para tranquilidad de quienes se aferran a las cosas materiales, no hay nada que pueda aplicarle a esta mole una frenada de esa magnitud, así que, tranquilos que eso no va a ocurrir.
Pero, qué horror, suavemente, de forma paulatina los días se van haciendo más y más largos, no porque a usted le aumente la edad ni el aburrimiento ni porque esté trabajando como un burro, sino porque el planeta se sigue desacelerando hasta ese inexorable día cuando llegue a velocidad cero.
Cuando un día dure lo mismo que un año actual, carecerán de sentido frases como hasta mañana, nos vemos mañana, qué día tan jarto, se me ha hecho muy largo este día, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy y tantas otras.
No tendrá sentido esperar con ansia el día del cumpleaños ni ninguna otra fecha ni aniversario. Llegar 15 minutos tarde o pedir que esperen un ratico que ya llego, reservar un tiquete o un hotel con suficientes días de anticipación serán cosas que solo producirán risa o asombro.
El tiempo se medirá en unidades que ahora son inusuales, como seudomomentico, yacasi, enestico, pizquisegundo, rathora, yalecaigo y quien sabe cuántas más.
Así que, si ahora el manejo del tiempo le importa un pito, es mejor que se vaya preparando para esa debacle cinética. Y, apurándole, porque la Tierra se frena de una manera tal, que cada siglo, un día dura ¡¡1,5 milisegundos más!! Corra, pues.
