Hoy reseñamos una película que apareció en 2009, pero de la cual se hicieron segunda y tercera partes, así que es toda una franquicia y que aborda temas fundamentales para la coexistencia pacífica en la sociedad actual, pero totalmente disímiles, como la xenofobia, la disposición de desechos, la integración multicultural, la liberación sexual, el trencito de las fiestas criollas y hasta el beso negro. Se trata de The Human Centipede (El ciempiés humano).
En la primera película de la serie hay un científico, loco, pero genio, que decide pegar a dos gringas y un japonés, de una manera muy original, suturando el ano del oriental con la boca de una de ellas y el ano de esta con la boca de la otra, con el fin de integrar un solo sistema digestivo para los tres muchachos.
El cirujano busca varios objetivos con su experimento: hacerse a una original mascota (el ciempiés), ahorrar comida bajo el paradigma de que donde hay para uno comen tres, disminuir la contaminación ambiental depurando los desechos antes de su eliminación y castigar a los muchachos, por vagabundos y libertinos, al extremar los conceptos del trío y el beso negro, que conforman las fantasías predilectas de algunos y que con frecuencia han sido explotadas en el cine porno.
Finalmente, algunas cosas salieron mal: no hay ciempiés, sino solo un docepiés, la chica del medio se enferma mortalmente de sepsis bacteriana y se convierte en un lastre, el joven que encabeza el inédito trío se niega a seguir ingiriendo la dieta de brócoli, fríjoles y pescado crudo, diseñada para atormentar a sus compañeras de atrás y se suicida. La muchacha de la cola, al ser abandonada por sus compañeros muere, irónicamente, de hambre.
Aunque el médico está guiado por un profundo interés científico y por bondadosas intenciones altruistas, como combatir el hambre en el mundo, propender por la igualdad de géneros, la inclusión y la tolerancia, impulsar el poliamor y defender la participación de todos, resulta siendo malinterpretado, calificado de demente, sometido al escarnio público y es asesinado a balazos, lo cual le da un toque de final feliz al filme.
En cuanto a la película, mucha gente vomitó durante el estreno y aunque resultó ganando premios en algunos festivales, tuvo un nivel de recaudación total muy bajo.
La historia demuestra una y otra vez que lo que otrora fue una fantasía enfermiza, con el tiempo se convierte en realidad y que lo que se le atribuyó a la demencia de algún desquiciado, resulta convertido en un hecho cotidiano. La locura y el amor suelen ir de la mano, al igual que la locura y la genialidad, mientras que la genialidad y el amor no tienen nada en común; el director de la película, con gran ingenio, logra conjugar estas tres piezas en un trío sin antecedentes.
En este caso es evidente que, excepto por el detallito de la cirugía, todo ser humano es parte de un enorme monstruo social y geográfico, en el cual cada quien se va comiendo los desechos que deja el que va adelante, atendiendo el paradigma coloquial de que las gallinas que estén abajo reciben lo de las de arriba. Por eso, no es de extrañar que con tanta frecuencia haya quienes insisten en mandar a otros a alimentarse como si estuvieran en la cola del ciempiés de la película.
Sucio ,aberrante y retorcido