Borrón y cuenta nueva
Este castigo se extendía a otras esferas del gobierno, así que otros
otrora famosos, también cayeron, después de su rendición de cuentas, en
esa execrable condición de innombrados, como si jamás hubiesen existido.
Así le sucedió a Massimo Craso, noble gobernador de una provincia y
comandante de varias legiones, de cuyo caso se logró conservar un antiguo
rollo, el cual nos fue puesto en conocimiento por uno de nuestros
seguidores más estudiosos, que prefiere que no haya conocimiento de su
nombre.
Parece que el señor Massimo cometió un error craso y por eso se le
condenó al olvido, cosa que actualmente sería del todo
innecesaria ya que, a pesar de tener tantos mecanismos de registro
histórico, la memoria social es más frágil que nunca y ya nadie se acuerda
ni siquiera qué desayunó el día anterior.
Pues registra el documento que don Massimo, que se creía lo máximo,
malversó fondos públicos destinados a la construcción de caminos y la
atención pública y los desvió para construir sus propias relaciones y la
atención de sus caprichos y que eso ocasionó protestas populares que
degeneraron en una revuelta general, la cual (y, ese fue su error craso)
requirió finalmente la intervención del ejército y produjo la pérdida de
varias vidas, aunque Craso se eximió afirmando que esas vidas ya estaban
perdidas, desde antes.
El ahora ex gobernante se exilió y logró salvar su vida, unos cuantos
denarios y sus talentos ocultos, pero su cara fue borrada de las monedas
que había acuñado para su peculio, se retiraron y destruyeron sus
estatuas, al igual que los registros de sus actos de gobierno. Eso sí, de
los dineros, nunca nadie supo nada. Pero la sanción más grave fue que
desde entonces se prohibió decir que algo muy bueno era lo máximo y a toda
metida de pata muy grave se le denominó error craso.
Si un proceder así de ejemplarizante fuese aplicado en la actualidad, no
habría registro de lo ocurrido con el erario en los últimos 200 años, lo
cual haría muy felices a los gobernantes y a sus allegados y
descendientes, así como a los estudiantes de bachillerato, pero pondría
muy tristes a las asustadurías, pues no tendrían cómo llevar a cabo sus
investigaciones exhaustivas.
Por si hubiese en esta lección del pasado lejano alguna enseñanza para la
posteridad, reproducimos aquí un trozo de la pieza, en su idioma original,
pues viendo a quienes ostentan el poder, pese a lo muerta que está esta
lengua, nos damos cuenta de que sus enseñanzas siguen vivas:
“Ante multiplus cagarum factum per excecrabilis
hamponum Massimo Craso, fundus desviationem, prevaricandum et quebrandum
EPS robandum et cambiandumm fincae, navis embarcationen, aureus ornatum,
et alia pendejatae per juergam et orgiatae, sea condenatio a damnatio
memoriae, exilium, et olvidatum nomine per saecula saeculorum,
amen”.
Y como dicen las peliculas basadas en la realidad, cualquier coincidencia es fortuita casualidad. Pega duro este escrito. 🙂
Exxelentum actualis craso 🤭