Seguro mató a confianza
El
gremio asegurador, entonces, definió ciertos criterios básicos sobre los cuales
se elaboraron las tablas respectivas para asegurar lo que para ellos es lo
primordial: la rentabilidad del negocio.
Lo
primero es que el usuario va a pagar más por lo más querido y menos por lo menos
apetecido. Luego, viene lo referente al uso del bien, en función de la
actividad de quien lo asegura. Así, asegurar un pie de un atleta contra el pie
de atleta valdrá mucho más que asegurar la trompa de una boquisucia contra las
caries o el mal aliento.
Otro
factor determinante para el monto de la prima es el grado de exposición del
miembro: mientras más expuesto, mayor será su riesgo; por consiguiente, es más
costoso asegurar, por ejemplo, un seno, así sea paranasal, que una trompa de Falopio.
No
menos importante es el grado de dependencia que el usuario tenga con el
miembro, considerando su actividad económica y los ingresos que le permite
obtener al dueño. Por ejemplo, asegurar el pelo no es de mayor relevancia para
un futbolista, pero sí es de vital importancia para un estilista.
El
estado actual de la parte que se desea asegurar, es también definitivo para
establecer cuál es una prima aceptable y la suma a reembolsar en caso de
deterioro o pérdida: no valen lo mismo los senos de una joven actriz cuando
esta está joven que cuando ya han sido presas de la gravedad del tiempo, ni el mizuage
de una doncella cuando jovencita es igual que el bolsillo de payaso resultante
de excesos de usos y reconstrucciones.
Y, es crucial
que se declare si la pieza es natural o artificial, pues si le llegó a su
poseedor por la gracia divina, claramente no tiene sustituto. Pero, si fue el resultado
del ingenio o de la desgracia del hombre, se deben revisar el manual de uso y
el de mantenimiento, si tiene garantía del fabricante, si tiene fecha de
expiración y piezas de recambio o si, por el contrario, descontinuaron el
producto, cerraron la fábrica e, incluso, si botaron el molde.
El
comité respectivo encontró además que asegurar una parte del cuerpo, sea la que
sea y por el monto que sea, conduce no solo a su evaluación, sino a una
reevaluación del mismo por parte de otros actores del negocio, como los
pagadores o los beneficiarios, quienes entonces sienten unas ganas
irrefrenables de comprobar si de verdad ese pedazo justificaba meterse en ese
costo para asegurarlo.
Así
pues, se ha producido tal morbo social, que hay quienes, viendo partes de su
cuerpo que nadie quisiera revisar, se están dedicando a asegurarlas solo con el
fin de despertar el interés del público chismoso y las revistas respectivas, la
envidia de sus congéneres o el deseo de su contraparte sentimental.
Es así
como una señora, muy cincuentona ella, ha asegurado su punto G, con la
esperanza de que por fin alguien se lo encuentre y un pensionado decidió
asegurar un lunar que ostenta en la parte final de la espalda, con la intención
de que algún cazarrecompensas se decida a aventurarse por esos intrincados e
inexplorados parajes de su cuerpo.
Teniendo
en cuenta los exigentes parámetros que se han definido para este importante
rubro de los seguros, ¿Cuál parte de su cuerpo está usted dispuesto(a) a
asegurar?
El aseguramiento de diferentes partes del organismo no es una práctica nueva.y el artículo de esta semana no lleno mis expectativas