Un viejo dilema y su pedúnculo
¿Por qué a Eva
se le dio por ponerse precisamente una hoja del tal Parra?
¿Cómo hacía para
que se quedara ahí quietecita?
En cuanto a la
hojita, no fue para cubrirse, porque para eso, en lugar de esa, tan pequeña, hubiese
usado una hoja de Victoria y habría quedado regia. O una de bijao, para quedar
como un tamal. Pero no. Está claro que lo que ella quería no era vestirse, sino
adornarse y por eso se encaprichó con la de Parra, quizás por recomendación de
una serpiente de la moda.
Es preciso tener
en cuenta que la hoja en cuestión proviene de la vid, que es una planta
trepadora, lo cual le daba una fuerte afinidad con el carácter de doña Eva. Lo
segundo es que de esa misma planta se obtiene el vino, otra afinidad con esta
hebrea paradisíaca.
En cuanto a la
segunda pregunta, que es de capital importancia, pues dio nacimiento al
pensamiento científico, el primer razonamiento del primer ser humano se
convirtió en tema de estudio: ¿Cómo hacía su pareja para asegurar la hojita de
forma tal que permaneciera en su lugar?
Para abordar tan
histórica cuestión es preciso conocer la biología de la hoja y la anatomía de
Eva. En lo primero hay especialistas, pero en lo segundo nadie puede preciarse
de serlo. A tal punto que este asunto se convirtió en un dilema que a través de
los siglos ha permanecido sin una solución satisfactoria para fieles e
infieles. Hasta hoy.
Las hojas en
mención son lobuladas, palmeadas y de bordes dentados, características más que
suficientes para hacerlas muy del gusto de la doña y precisas para ser
escogidas como seductora prenda veraniega tipo monokini. Pero en realidad la
peculiaridad más sobresaliente para este propósito es su reverso filamentoso y
con vellosidades, diseñado para que el agua pueda tanto ser absorbida como
escurrir y que así la planta se nutra sin ahogarse. Todo ello hace que además presente
muy buena adherencia a las motas, los pelos y el polvo.
Como Adán no
podía hacer una observación detallada de la hoja cuando la tenía encima Eva,
intentó hacerlo cuando la tenía debajo, pero al instante se le olvidaba el tema
de estudio, así que mejor se dedicó a observarla en la planta y encontró que al
separarla del palo arrastraba una pequeña porción del mismo, a la cual, qué
cosas, hoy se le denomina pedúnculo.
El pedúnculo
actúa como una especie de cuña y ya sabemos que no hay cuña que más apriete,
así que al equipo investigativo de “Pídase la otra” le resultó fácil deducir
que la doña se introducía el pedúnculo para asegurarse de que la hojita no iba
a caerse, aunque ella estuviera haciendo ejercicios aeróbicos, trepándose a un
palo, comiéndose una fruta prohibida o simplemente deambulando por ahí como
quien no quiere la cosa.
Esas preguntas
que durante siglos habían atormentado a la humanidad y que permanecían sin
solución hasta este momento, gracias a tan exhaustiva investigación, reciben ahora
respuestas que nos permitirán dormir tranquilos por un lado y sin desvelos por
el otro y por ahí derecho avizorar los modelos de vestidos de baño que
mostrarán los regios secretos de Victoria para la temporada que viene.
Estén atentos,
que lo que se viene posiblemente será peduncular.
Se me ocurre la idea de diseñar unos cucos tipo hoja de Parra que sean de fácil postura y retirada piden ser comestibles,Anto alérgicos, pero ojo no me vayan a robar la idea...