Pintucaritas corporal
Un tatuaje es
una marca, diseño, dibujo u obra artística pintado sobre la piel, con tintas y
con diversos propósitos. Por ejemplo, para ocultar una cicatriz, recordar un
pecado o perpetuar un mal paso dado en un momento de euforia. También, para
adornar el cuerpo de alguien que cree tenerlo desabrido, para desviar la
atención que pudiera centrarse en una malformación o para hacer que ella (la
malformación) no parezca congénita sino fabricada por encargo.
Otra razón para
tatuarse es poder ingresar a un equipo de fútbol de élite, requisito sin el
cual ni siquiera será posible considerar en el mercado de fichajes a un
candidato, por muy buen jugador que sea. Eso sí, el joven no debe tatuarse
ningún símbolo alusivo a un equipo en particular, pues puede cerrarse él solo
el acceso en el futuro a cualquier club rival del incluido en el tatuaje.
Los tatuajes
cunden por doquier. Ya no son, como antaño, para los reos de mayor
peligrosidad, sino que cualquiera es un sujeto para tatuar y ya no hay
prácticamente ninguna zona del cuerpo libre de ellos. En estos días, un señor
de Malasia se mandó tatuar un mensaje interno para el médico forense que le
haga la autopsia cuando muera. No se sabe qué dice el mensaje, pero el tatuador
informó que contenía tiernas referencias a una madre y expresiones del tipo
#@*%$**#.
Antiguamente,
para dejar claro quién era el propietario, se utilizaban marcas en la piel,
tanto de los animales como de los esclavos, hechas con un hierro caliente sobre
una parte muy visible como una mejilla, un hombro, el lomo, un muslo o una
nalga. Esa costumbre la han renovado hoy en día algunos amantes, quienes en vez
de utilizar el viejo método de firmar un papel para sellar su compromiso
prefieren hacerse marcas indelebles. Hay casos extremos, como los de los
narcos, que le ponen solo sus iniciales a sus alijos y a su ganado de alto
costo, pero a sus mujeres les graban su cara, en los senos o en los glúteos.
Los tatuajes van
en contra del mercado de maquillajes, accesorios, bisutería y engalles
removibles del tipo sombra, delineador, candonga, peineta y similares. En
cambio, favorecen el de las claveteadas metálicas o piercing, permanentes o no, con las cuales se complementan muy
bien, ya que estas proporcionan un efecto 3D que les brindan realismo aumentado.
Así, por
ejemplo, resulta increíblemente vívido que un fabuloso barco pirata ocupe toda
la espalda y que se resalte con una cadena rematada en un ancla metálica
engarzada en el ano. O como la famosa chica noruega que se pintó los Alpes en
el pecho y conectó los dos picos nevados con un original puente metálico,
logrando un efecto tan natural que todo el que la ve se siente tentado a
transitar por ese puente una y otra vez.
Una piel lozana,
tierna y dulce aguanta todo, pero con el paso de los años lo que lucía
encantador se vuelve un estorbo y hasta le baja el estímulo a más de uno a la
hora de tatuarse, pues eso de “hasta que la muerte los separe”, es un concepto
cada vez menos aceptado socialmente y que ahora solo produce desconfianza. La
noticia es que ya existe el divorcio para el tatoo y que ya se puede romper lo que había sido un vínculo
indisoluble: ha sido creado el antitatuaje.
Por ahora es
costoso, como sucede al principio con toda innovación tecnológica. El borrador
de nata era carísimo cuando se inventó, porque nadie borraba: lo escrito,
escrito estaba. Hoy en día es irrisorio lo que vale un borrador de estos,
aunque tampoco lo use nadie, pues aparte de que errar es humano, los lápices
pasaron a la historia. Así mismo, pronto se podrá borrar lo que tatuó el amante
anterior para que el nuevo quede encima, literalmente.
Y, a propósito,
en el futuro, que ya tenemos encima, serán eliminadas las prendas de vestir y
la piel desnuda ahora se convertirá en lienzos ambulantes, borrables y
sobreescribibles. Eso eliminará las penurias del calentamiento global y
resolverá la necesidad cada vez más apremiante de mostrarse al mundo sin
dobleces, con entera libertad, pero, bueno, con uno que otro retoque aquí o
allá, que nunca sobra. Y hará que el entorno se convierta en arte y poesía
pictórica para mejor salud mental de todos.