Nada sale más caro que lo barato
Viajar. Casi
todos sueñan con viajar. Algunos, un par de días a un lugar de descanso cercano
y otros, en el otro extremo, ir sin parar de aquí para allá a cuanto lugar se
les pueda ocurrir para disfrutar sin límites de las dichas de conocer otros
sitios, otras gentes, otras comidas, otras culturas. Y todos se ven limitados
solo por la cuantía monetaria que su sueño les exige.
Pues bien, viajar sin altas sumas de dinero quizás no sea lo más
cómodo, pero es posible. Como se puede ver en esta traducción de una crónica de
un viajero de Costa de Marfil, quien tomó un vuelo doméstico con una aerolínea
de bajo costo, de esas en las que la mirada de los funcionarios parece decirle
al viajero cosas como “Y, ¿qué quería recibir por lo que pagó?”, “Antes
agradezca que lo llevamos, chichipato”, “Ahorre y a la próxima se va en bus”,
“indio mal agradecido, viera lo que me pagan a mí” y otras por el estilo:
Mi madre estaba enferma, así que yo quería visitarla.
Llevaba una semana buscando durante la madrugada tiquetes baratos para ir desde
Abiyán a San Pedro, hasta que encontré el mío: 5.000 francos en una nueva
aerolínea low cost y reservé de inmediato, sin leer los detalles de la promo,
pues solo pensaba en que se me fuera mi vieja y yo no alcanzara a verla antes,
por estar de avariento.
(Nota del traductor, NT: 5.000 francos africanos son
algo así como USD$ 30)
Mi vuelo estaba programado para dos días después, muy
temprano, a las 5 am. Yo había trasnochado todos esos días en mi búsqueda de
ofertas, por lo cual no le vi ningún problema a esta y la compré. Al día
siguiente, luego de lograr que mi jefe me diera permiso para irme de viaje,
encontré a mi amigo Lasme y le conté de mi fortuna al haber hallado ese vuelo,
con un precio por menos de la mitad del precio normal. Entonces él me hizo caer
en la cuenta de algunos detalles que yo no había visto.
Ojalá tengas ropa donde tu madre, dijo Lasme. Mira
cuánto equipaje te permiten llevar. Efectivamente, solo permitían una pieza de
mano de 15 cm lineales, lo cual venía a ser mi billetera. Sólo eso.
(NT: Llevar equipaje, tiene costo: 500 francos por
cada kilo).
¿Viste que no tienes asignada una silla? Dijo Lasme,
mirándome con preocupación. Es porque no viajarás sentado, sino de pie, en las
cosas esas con peana que ha implementado esa chanda de aerolínea. Así que,
descansa bien esta noche, para que mañana puedas soportar la posición.
(NT: Menos mal que el viaje solo dura una hora y
media).
Cuando Lasme vio el gesto con el que correspondí a
esta nueva observación, revisó la hora de salida del vuelo. Me dijo “Mrk, aquí
sí la embarraste. Tienes que estar en el despacho dos horas antes de la hora de
salida y tu casa está como a dos horas del aeropuerto: Lo mejor es que te vayas
a dormir allá”.
(NT: Un taxi le arranca 1.500 francos por ir al
aeropuerto)
Por si no lo notaste, agregó el diligente Lasme, te
cobran 100 francos si quieres que te dejen un chaleco salvavidas y 200 si
quieres que te habiliten la máscara de oxígeno.
(NT: En caso de emergencia, te vas a morir, infeliz).
¡Ah, ojo con esto!, dijo ahora Lasme. Ni se te ocurra
recibir la botella de agua que obsequian en la sala de espera, pues te cobran
500 francos si quieres usar el baño del avión. Y el dispensador de papel
higiénico requiere el pago de otros 200 francos.
(NT: ¡Qué abuso!).
Come algo antes de viajar, me aconsejó Lasme, pues la
comida que venden en el avión es cara y no lleves mecato, porque te cobran por
consumirlo en la cabina.
(NT: Cobran descorche, así sean solo unas papas
fritas)
Cuando ya estaba resignado a mi suerte, mi amigo se
echó a reír y en tono burlesco me leyó el último apartado del clausulado
promocional, que indicaba que cobraban tanto el sobrepeso del equipaje como el
del pasajero y como aceptan hasta 80 Kg de peso del pasajero, yo tendría que
pagar 15 Kg de sobrepeso. “Te van a cobrar un tiquete de primera”, dijo Lasme
sin parar de reír. 500 francos por kilogramo de más.
(NT: Encontraron un buen marrano)
Lasme seguía entre sonriendo y burlándose
descaradamente. Lo miré con desazón y, con gran tristeza, decidí que era mejor
tomar un autobús esa misma noche y perder lo que había gastado en la promo.
(NT: Las promociones de estas aerolíneas no permiten
reembolsos).
Fueron 26 horas del viaje por tierra, pero pude llevar
mi maleta, comer algo en el camino, viajar sentado con cierta comodidad y usar
el baño sin pagar más.
(NT: qué m*!!#? eso del low cost)
Y si enchufaba el celular otros 200 francos por consumo de energía y pendejo por no dejarlo cargado el día anteriorjajajjaja