Emoticones verbales
Pero, aunque esta sea una verdad de a puño, con tanto uso le sucede
lo que a todo lo que se usa mucho: ¡se desjareta! O se desgasta o se tuerce. O,
como le pasa específicamente a la lengua hoy en día, por culpa de la pereza se
ha reducido casi a emoticones verbales y es por eso que estamos llegando a que
se usa una sola palabra para muchas cosas.
Esto pasa por ejemplo con el pase, que pasa de ser un permiso para
cometer bestialidades en la vía pública a una maniobra circense para esquivar a
una bestia en el ruedo de una plaza. O, de un inspirado son vallenatero a un
polvo inspirado para introducirlo por medio de un pitillo hacia el cerebro. El
pase, además de un movimiento de baile, también es tirarle la pelota a un(a)
compañero(a) para que la meta y es además la manoseada que con gran disimulo
hace un mago (a veces otro tipo de personaje, que también es otro tipo de mago)
sobre un algo que hará desaparecer. Y también es la invitación para que alguien
se introduzca en algún sitio, siga hacia un recinto y en general, que no se
quede haciendo estorbo en el marco de una puerta, sino que entre y que siga. Es
posible que a usted le pase.
Como éste, podemos citar varios ejemplos más: vaina, palabra polisémica,
multifuncional, comodín, que se suele usar para referirse a las cosas más
disímiles, más insospechadas, más novedosas y hasta a las más desconocidas. O el
son, que abarca cosas tan dispares como la conjugación verbal que indica,
inequívocamente, que ahí están los propios o el ritmo musical de origen cubano o
el coro celestial que suelen entonar las barras de un equipo cuando este gana o
pierde y que busca resaltar la labor de todo el conjunto indicando que ellos
entre todos lo hicieron.
Capítulo aparte es el de nada, que aparte de indicar que algo o
alguien flota (no un bus, ni un grupo de vehículos, sino que reposa sobre un
líquido) muestra que no hay nada qué decir o que quien habla no tiene palabras
para expresarlo, no indica nada, sino que no se quiere decir nada.
Si esta tendencia se mantiene, la de usar una palabra para describir
muchas cosas y así reducir el número de palabras que se usa, seguramente en un
futuro cercano las charlas tendrán unos textos extremadamente fáciles de leer pues,
como pasa hoy con los muñequitos del guazap, no quedará muy claro qué es lo que
se quiso decir y por lo tanto no se producirá ninguna acción de respuesta,
aunque finalmente no pasará nada, pues a nadie le va a importar.