15 de marzo de 2019

La india de la Cata

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El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija


La india Catalina perteneció a una etnia caribe gustosa del filete humano. Les encantaba comerse a sus vecinos y vecinas, pero como por ahí andaban unos arijunas (demonios blancos) arrasando con todo lo que fuera comible, pues les tocaba echarles muela también a los de su misma tribu.  Justo el día en que, a Cata, que no tenía presa mala, la habían seleccionado para el menú del cacique, un español la raptó.

El conquistador se la llevó a un paseo bastante caribeño, durante varios años, le cambió su nombre de pila indígena, acae minia, que en su lengua nativa significaba “piernona bonita” por el de Catalina, más acorde con la civilización occidental y cristiana y se puso, con gran ahínco, a cambiarle las costumbres.

Durante todos esos años la india aprendió lo que era la lengua castellana y cómo usarla bien, a recibir al señor comiéndoselo en las hostias y en general todo lo de la religión cristiana y cómo evangelizar con ella, lo que era un buen chorizo español y cómo sacarle el jugo, de cómo disfrutar paella, unos callos madrileños, un buen vinillo, etc. Hasta el punto que, buscando un mejor futuro, logró emplearse como intérprete, misionera y comisionista de Don Pedro de Heredia y su diplomática comitiva, a quienes les ayudó a fundar Cartagena de Indias, ciudad de la cual hay quienes afirman que le debe su nombre y su apellido a la india Cata, pues había pasado a ser Cata ajena la india esa.

Como sea que fuere, la desertora aborigen volvió a su tierra a traducir, para ayudarles a sus coterráneos a entender las órdenes de los españoles y a estos a encontrar el oro que aquellos habían sacado de la región, así como a domesticar el genio atribulado de las agresivas tribus locales, para que pudieran vivir, como corresponde, unos mandando y otros obedeciendo, es decir, en comunidad. Y se dedicó a evangelizar a los nativos para que dejaran de comer gente y que más bien comieran chorizo, como solía hacer ella con don Pedro. Esto fue, al parecer, una especie de retaliación por haberla incluido antaño como plato principal en el menú de su jefe.

Su belleza y ardor, combinados con una especial dosis de ambición, la llevaron más tarde a dejar al viejo hidalgo y a buscar consuelo en los brazos de uno de sus lugartenientes, más vigoroso y más joven y con un mayor futuro por delante. A ese lugarteniente lo tuvo en su lugar, aprovechando su posición y abolengo.

Se hizo entonces a una vivienda digna de su real majestad, a tierras y ganados que habían sido abandonados por unos indios zarrapastrosos, a utensilios de fina clase, donados por bienhechores españoles afortunados y a viandas propias de su abolengo. Ya nunca más volvió a usar taparrabo de tela barata ni a dormir en el suelo pelao, no volvió a probar el chivo (sólo el expiatorio) ni a comerse a nadie a mordiscos; no volvió a dejarse esa greña larga sin cuidado ni a pintarse el cuerpo con achote. Por el contrario, se bañaba a diario en perfumes de la India, se vistió como alta dama cortesana, con sedas importadas y participó activamente en el coloniaje de su región.

Los sucesos narrados ocurrieron a muy pocos años del descubrimiento de América y del inicio de la conquista de estas tierras por los españoles y explican claramente cómo y por qué el coloniaje se dio de manera fácil y rápida y lo que el destino le deparaba al nuevo mundo, su población y sus dirigentes: unos mandando y otros obedeciendo, como corresponde a una sana democracia.

La india se vengó de los de su raza porque se la querían comer: regresó y se los comió a todos a cuento, ayudándole al invasor a adueñarse de estas tierras. Murió rica y saboreada por el éxito y la fama y hoy en día ha sido colocada en un pedestal como ícono de la ciudad, de los vendepatrias que la sucedieron y como ejemplo de la malicia indígena. Ni más ni menos.


2 comentários to “La india de la Cata”

  • 16 de marzo de 2019, 10:37 a.m.
    Unknown says:

    India traicionera y con estatua!!!!

  • 6 de abril de 2019, 8:28 a.m.
    Unknown says:

    Quede confundido, ya que no se si catalogarla como una india buena o una buena india

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