“Y caerá fuego del cielo y destruirá al ejército de Satanás acabando
hasta con el nido de la perra”
Apocalipsis 20:9
La biblia es, como su nombre lo indica, un libro.
Es más: el libro sagrado, en el cual abundan las parábolas, hipérbolas,
círculos, triángulos y otra cantidad de figuras geométricas, de las cuales se
pueden extraer enseñanzas sobre diversos asuntos que ¡oh, sorpresa!, al igual
que sus soluciones son todos de inesperada actualidad. A muchas de estas
metáforas se les han dado interpretaciones equivocadas y a menudo antagónicas
del mensaje original. Veamos con unas pocas de esas anécdotas, cómo se unen lo
ancestral y lo actual en lo eterno.
El caso de 2
Reyes 2:23-24 nos muestra cómo un viejito va subiendo por un camino y unos
mocosos le gritan cosas como “viejo carenalga, cabecirrodilla, gorra de cuero,
sanpelayo” y otras por el estilo. El hombre los mira iracundo e invoca a su
señor, quien envía a dos osos, además furiosos, que descuartizan a 42 de esos
alevosos. Esto nos enseña que ya desde esa época, tanto el bullying como la alopecia atormentaban a los fieles.
Un capítulo aparte requiere la famosa historia de Génesis 19:2-26 que narra cómo dos
ángeles llegan a Sodoma y se hospedan en la casa de Lot. Los sodomitas, que ya
habían atravesado todos los límites de la lujuria, no habían tenido nunca
ángeles en sus fiestas (no existía Victoria’s
Secret), así que decidieron ir a la casa de Lot para violar a los recién
llegados y probar una nueva experiencia que de seguro debía ser celestial. Lot
se opone y ofrece a cambio a sus dos hijas vírgenes para calmar la turbación de
la turba de sodomitas, pero éstos ya estaban hartos de violar y hacerle fechorías
inimaginables a cuanta virgen se les atravesaba, así que eso no los satisfaría,
sino que sólo les produciría más turbación y por lo tanto no se iban a dejar
transar.
Esto desató la ira de Yahvé quien, en defensa de
sus dos angelitos, destruye a Sodoma, Gomorra e intermedias, pero les permite a
Lot y a su familia huir antes de la catástrofe, advirtiéndoles que deben partir
sin mirar atrás. Ester, la esposa de Lot no hace caso, sino que voltea a mirar
hacia atrás y queda, como chismosa y desobediente, convertida en una estatua de
sal. O sea, le echó la sal a su marido, clara metáfora que refiere cómo quien
desobedece cae en desgracia.
El tema del padrinazgo y la importancia de estar
bien relacionado se evidencia en Jueces
14:1-19, donde Sansón, amigo personal de Jehová, para complacerlo, decide
perjudicar a los filisteos. Va a su ciudad, enamora a una de sus muchachas,
organiza una rumba con Vino Sansón y comida para varios días y arma una trampa,
apostando con unos invitados a que estos no podrán resolver un enigma amañado
que él se acaba de inventar. Cuando le dan la respuesta correcta, Sansón los
acusa de estupro y concierto para delinquir, mata a 30 de ellos, los despoja de
sus pertenencias y con ese botín paga la apuesta que perdió. Luego deja embarazada
a la chica, le achaca todo a un invitado, abandona la fiesta y se escapa a la
casa de su padre, todo ello bajo la directa protección divina. Es claro el
mensaje en este caso: usted no sabe con quién se está metiendo y es más
importante tener amigos que plata.
En Jueces 4:17-22,
Jael (una señora, casada con un militar) le ofrece asilo a Sísara (un
comandante cananeo a quien ella acaba de conocer) y luego lo clava al piso,
atravesándole una estaca por las sienes, con un mazo. La razón: el tipo llegó muy
cansado de una batalla que había durado todo el día y se durmió. Todo eso, por
voluntad divina. Clara advertencia de que no se debe confiar, ni en los
celachos de los edificios y conjuntos, ni en las mujeres que le ofrezcan a uno
refugio: el que sea le puede desparramar a usted los sesos y las sesas, si no
tiene siempre bien presente que “Camarón que se duerme, se lo lleva la
corriente”.
Una historia tan truculenta que hay teólogos que
recomiendan que no se lea este episodio, se narra en Jueces 19:2-30: Un hombre que descubre que su mujer le ha sido
infiel y ha regresado a su casa paterna, decide ir por ella y convencerla de
que regrese. Logra su cometido, pero en el viaje de regreso se hospeda en la
casa de un buen samaritano que le da abrigo. Una turba de hombres asedia la
casa del benefactor con el propósito de sodomizar al viajero. El tipo prefiere entregar a su mujer, a quien
los exaltados lugareños violan una y otra vez en todas las formas posibles durante
toda la noche y la madrugada. Al día siguiente, luego de que su compañera le sirvió
para preservarle el trasero, el tipo como si nada, monta el cadáver de la pobre
mujer en un burro, lo lleva a su casa y lo descuartiza (el cuerpo de la
ex) en 12 piezas que envía a cada una de las tribus de Israel, emulando a Seth, el descuartizador de Osiris. Toda esta mezcla de machismo, homofobia y violencia de
género, nos enseña que, si usted logra romper el vínculo con su pareja, no
cometa el error de regresar, pues a cambio le romperán, no solo el corazón,
sino todo lo demás, en mil pedazos.
Esta historia continuará….