En esta ocasión queremos recordar a un amigo que, por primera vez logra sacarnos una lágrima por algo distinto a un prolongado ataque de risa.
Nos esforzamos buscando recordar algún momento desagradable o triste, pero no. No logramos encontrar que hubiéramos compartido algo así, nunca, con Pupy.
Así que nos quedaremos recordándolo como lo vivimos, como se nos quedó, tal vez detenido en el tiempo. Es así como podremos continuar disfrutando de su compañía. tal como él se gozó la vida, de lo cual fuimos testigos de primera mano y hasta cómplices.
No podemos decir que fue un genio ni un héroe. No vamos a buscarlo en los salones de la fama ni en las galerías de la historia. Él no fue nada de eso. Si quisiéramos describirlo con una sola palabra, ésta sería: bueno. Buen padre, buen hijo, buen amigo, buen compañero, un buen ser humano.
Y ahora extrañaremos su sonrisa permanente, su generosidad, su alegría en cada ocasión, su lealtad. Hasta el punto de que, siendo el único hombre con una matriz, siempre acogió a cuanto miembro se sintiera feliz de ingresar a ella.
Lo seguiremos recordando como hincha incorregible de Millos y de la selección y como catador habitual de poker, virtud que lo llevó a ser uno de los contertulios que inspiraron la creación de este blog. Hoy, nos recuerda que estamos en la fila y hemos de seguirlo. Mientras nos llega nuestro tiempo. simplemente hay espacio para decir ¡Pídase la otra! ¡Salud, viejo amigo!
Muy bien dicho, amigo.
Buen homenaje.