Para amenizar la navidad, ese momento de comunión (que no es la primera), cuando se suele reunir toda la familia en torno al pesebre, la novena, los villancicos, la natilla y los buñuelos, la pandereta, las maracas y la rasca, el árbol, los regalos, los saludos con los parientes cercanos y lejanos, las llamadas por WhatsApp, Facebook, Skype, MagicJack, FaceTime, Line, Emilio, etc. y, no faltaba más, con el adorno de un plato especial, usualmente exclusivo de esta época del año, se acostumbra elegir una sofisticada, costosa y poco agraciada opción gastronómica, que puede ser, entre otras muchas, un pavo que no es ni mucho menos real o un pernil de cerdo, el cual estaría muy lejos de serlo.
Queremos
entonces, sugerirles unas variaciones al menú navideño. La propuesta que aquí
les presentamos apunta precisamente a tomar los platos típicos que consumimos
habitualmente, para que el benignísimo niño que tenemos presente los llene de sus
gracias, bienaventuranzas, bendiciones, colorido, sabor y sazón. Dejamos a su
buen criterio estas opciones que de seguro les despertarán interés o al menos,
el apetito y les llevarán a pedir y repetir todo lo que quieran, por los
méritos de la cocinera, que nada les será negado.
TAMAL A LAS
FINAS HIERBAS
Imagínese
este delicioso y conocido envoltorio que acompaña nuestros desayunos y se halla
desperdigado por casi todas las regiones de nuestra geografía, pero ahora
matizado con ese toque gourmet que lo hace muy diferente del tamal común y
silvestre y puede usarse con decoro en una cena navideña. Resulta muy
económico, así que uno puede invitar hasta a los primos lejanos y sus
consortes, pues alcanza para todos y como ya viene porcionado y con la presa
adentro, no hay discusiones sobre a quién le tocó la mejor parte.
Tenemos tres
opciones con las cuales se puede maravillar a los comensales:
·
Adicionar o reemplazar el
emplasto de hojas, que todos desechamos, con una trama de eneldo, albahaca,
tomillo, laurel, romero, perejil, orégano y estragón, que aromatizará el
menjurje y hará que todos extasiados contemplen aquel ser. Y como acompañante,
el chocolate, ni más ni menos. Receta fácil, rápida y sin sobresaltos
·
Podar y limpiar el césped de su
antejardín, el separador de una avenida amplia cercana, un lote baldío o un
potrero decente del barrio, para que quede libre de depósitos indeseables y
colocar un mantel. Invitar a sus comensales a una cena donde roza y servirles los
tradicionales tamales, así de simple. Y como acompañante, aparte de la luna y
las estrellas, una buena taza de agua de panela caliente envenenada con un poco
de aguardiente para contrarrestar el frío tan macho que hace a la hora de la
cena de navidad (si usted está en una zona montañosa por esas fechas) o agua de
panela fría, también con aguardiente, que facilita celebrar y prender el
ambiente, si el evento ocurre en una zona cálida.
·
De manera similar a la quema de
incienso, enriquecer el ambiente con el aroma de una hierba, pero que sea del
gusto de los participantes y de toda su generación, antes de proceder a servir
los tamales. Y como acompañante, aguardiente, chicha o canelazo. Romántico,
hippie y nostálgico.
POLLO RELLENO
El pollo,
como toda ave, se deja rellenar. Aquí el asunto es muy sencillo, compra un
pollo asado o los que hagan falta según el número de invitados, sin despiezar,
enterito y le introduce por detrás unas cuantas rellenas coguanas que aparte de
decorar, brindan un toque muy típico y motivan la chispa familiar. Ahí tiene su pollo relleno.
Más fácil,
imposible y no hay quien le haga el feo, porque a todos nos gustan las dos
cosas, el pollo entero y la rellena trapera. Como acompañante sugerimos el
famoso refajo, al que puede darle buqué
navideño adicionándole, además del aguardiente y la bebida gaseosa, un poco de whiskey, vodka o ron. De paso va prendiendo a los
invitados mientras comen.
LECHONA CON ÍNFULAS
Las ínfulas
en una lechona se alcanzan adornándole la trompa ya no con la tradicional
manzana sino con algo más sofisticado como kiwi, que aporta además el verde
color navideño o duraznos importados, que además de decorar impregnan a la
bestia de ese sabor dulzón típico de esta fruta. Si alcanza a visualizar a su
marrano con duraznos sobre su mesa de navidad, entonces este es su plato, no se
diga más. Como acompañante y para darle cierto aire de distinción, recomendamos
un vino blanco español como el que le regalaron después de leer el artículo de
10 lukas en este mismo blog.
CAZUELA IN
SULSA
Una típica
cazuela de nuestro afamado fríjol bola roja, que se acompaña, como es usual, con
arroz blanco, aguacate y carne molida. Si el presupuesto le alcanza, puede
elevar la categoría del plato a la de bandeja, adicionándole chicharrón, arepa,
chorizo y plátano maduro (acá se está hablando ya de bolsillos endurecidos con
una fuerte prima de diciembre o de un número muy reducido de comensales). La innovadora
propuesta es reemplazar la carne por un insulso¹,
que normalmente se utiliza para acompañar la lechona, de modo que este cambio
produce un efecto muy impactante en la mente del consumidor. Cuando le pidan
explicaciones, se puede aducir que es parte de una campaña para reducir el
calentamiento global, aparte de que como los fríjoles aportan proteínas, es
redundante y superfluo el consumo de carne. Como acompañante recomendamos un
buen vino espumoso, que ayuda a evacuar más rápidamente los gases producidos
por estos alimentos, al tiempo que favorece los brindis navideños.
MAZAMORRA
ZUNGUITA
Esta es una
combinación interesante para un plato típico en navidad: consígase una zunga² , ojalá adornada con una blusa
estampada con temática de animal salvaje, tacones 8½ o superior, minifalda
también atigrada, candongas, escote y labios rojo intenso. Llévesela a comer
fuera, lejos en lo posible, una buena mazamorra que seguro le encanta y listo.
El acompañamiento: sólo la zunga, que nadie más lo vea en esas. Para asegurar
el toque navideño, haga que la zunga vista un gorrito de papá Noel, en colores
verde y rojo, con borla blanca. Esto hará que el postre o la sobremesa resulte
más “setzi” que de costumbre, gracias al movimiento de vaivén de la borla.
CONEJO
CRIOLLO
El asunto
aquí guarda cierta similitud con el anterior. Sale a comer a un restaurante
criollo a las afueras, pide una opípara cena para usted y su acompañante y a la
hora de recibir la cuenta, va al baño y se escabulle lo más rápido que pueda,
sin pagar (no vaya solo(a): si le pescan es mejor tener quien le respalde y si
es del caso, le ayude con las súplicas o la lavada de platos). Como detalle propio
de la época, puede dejar en el baño las bolas que previamente retiró del árbol navideño
de la casa del acompañante, cuando pasó a recogerle para ir a la cena. Si es
atrapado por problemas de coordinación con su acompañante (recomendación: no le
deje las llaves del carro), la navidad será un ablandador suficiente para que
pueda salir bien librado del impase³.
BAGRE SUDADO
EN SALSA DE AQUÍ
Con mucho
maní. Lleve a bailar a su señora o ponga el equipo de sonido con un volumen muy
alto y báilela esta pieza del grupo Niche: Cali Ají. Una vez termine la
melodía, si la ha zarandeado lo suficiente para que ella se haya movido como
corresponde, usted tendrá el plato anunciado.
1 Insulso = masa
de harina de maíz con panela, canela y aceite. Es bastante insulso.
2 Zunga = Boleta,
Retrechera, Guaricha, Casquivana, Culipronta, Ñera, Brincona… y como 20 sinónimos más.
3 Hacer conejo, para los que no son de por acá, significa irse de un
lugar sin pagar la cuenta.
Muy interesantes y originales platos especialmente el tamal a las finas hierbas y el pollo relleno. Después de platos como estos,el trabajo duro es para nuestro sistema digestivo pues hay habitualmente por los dias de Navidad una mezcla de excesos gastronómicos y etílicos. Habitualmente al día siguiente de la comilona se le pide a alguien que vaya a la farmacia a comprar Alkaseltzer, soda y ranitidina diciéndole en tono suave: por favor no tardes tanto, no tardes tanto...