11 de noviembre de 2016

El género degenerado

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Continuando con la trilogía prometida, tocamos ahora el tema de los masculinos de algunas palabras que originalmente vienen sólo en femenino.

Como ya planteamos el asunto de cuál sería el femenino de algunas palabras, buscamos ahora que se entienda que ante todo somos ecuánimes, equitativos e igualitarios (como está de moda) y que se aprecie nuestro lado femenino (como está de moda también, para seguir dando cartilla). Para el efecto resulta ineludible proponerles entonces algunas palabras cuyo masculino no es fácil de encontrar, ya que lograrlo significa enfrentar todo un reto o, al menos, llevarse una sorpresa. Téngase en cuenta que para este artículo revisamos, lo cual no está de moda, el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua) y que acá les facilitamos los vínculos (lo que tanto llaman links y que están tan de moda) para que se pueda ampliar la información o ahondar en el tema.

Encontramos que las palabras a las cuales nos referimos, son una especie de vírgenes, ya no sin mancha sino sin macho o solteronas de la lengua, situación paradójica puesto que la lengua es lo que mejor sabe utilizar una mujer, así no pertenezca a ninguna academia. Suponemos que, irónicamente, se nos va a calificar de sexistas (como está de moda) pero todo el asunto se reduce a que nosotros nos consideramos lesbianos, que sería la primera palabra sometida a discusión esta vez.

Acto seguido, no les vamos a presentar una lista y listo, sino unas preguntas y algunas afirmaciones con las cuales buscamos estimularles su capacidad de reflexión y creatividad sobre las implicaciones que tienen el género de las palabras, su sexo y sus limitadas posibilidades de procreación, algo así como su coito literario, con el cual quizás alguno se haya sentido identificado mientras leía las 50 sombras o las amigas tristes de Gabo:

1. El masculino de Falabella: ¿Será Falobello? (pareciera ser una buena idea para un apodo, pero quizás ya se lo apropió algún gay)
2. ¿Para qué puede servir el masculino de porciúncula? Existen muchas leyendas acerca de las intimidades que suceden en los conventos y los seminarios y además ha habido mucho barullo con eso de las demandas por pederastia entre los curas, así que veamos qué dice el DRAE al respecto:
Porciúncula = Jubileo que se gana el día 2 de agosto en las iglesias y conventos de la Orden de San Francisco.
Jubileo = Entrada y salida frecuente de una casa u otro sitio
Con seguridad, el jubileo no se produce sólo el 2 de agosto y no se refiere sólo a andar de casa en casa, así que es fácil entender que a cualquier orden religiosa le podría resultar interesante el masculino de porciúncula.
3. ¿Puede existir en nuestro idioma la palabra embarazado? Sí, sí existe y también existe preñado, pero, a diferencia de sus femeninos, embarazada y preñada, que son sinónimos, en el caso de tales masculinos, embarazado no significa llevar unos huesitos en la barriga sino estar cohibido y preñado no es consecuencia de un descuido en una fiesta sino estar cargado pero con los propios huesos, pues los hombres no tenemos el valor ni la fortaleza para aceptar ese noble encargo y debido a nuestro sexo, no hay por dónde.
4. ¿Qué te sugiere la palabra “chocho”? Existen diversas acepciones para esta palabra, entre ellas (entre  las acepciones, no pensemos mal): satisfecho, nicaragüense, con las facultades mentales debilitadas o lelo de puro cariño; todas ellas, paradójicamente aplicables también al término femenino correspondiente. Es perturbador cuando alguien se refiere a su abuelo como “ese viejo chocho”, ya que seguramente no utilizará los femeninos de la misma manera, pues puede ser que no se refiera solo a la viejita.
5. Lenguo no, no existe. Pero, con todo lo que nos obsequia la lengua, ¿qué podría ser un lenguo? ¿Cuántos varones quisiéramos tener no sólo una lengua sino también un lenguo que participe y colabore en ciertos momentos?
6. Arepa. Definida como un pan de maíz. Hemos escuchado eso de que “fulanito(a) es mucho pan”. ¿Será que los G y los L de los LGBTI nos enseñan a decir algo como “Carlitos es todo un arepo”?
7. Medalla. No puede uno imaginarse que a los medallistas olímpicos les digan que el masculino de su medalla es Medallo aunque varias de las medallas se vayan para allá.
8. Política. Uno esperaría que fuera una señora muy seria, que permite establecer la mejor manera de regir una sociedad mediante normas de comportamiento, pero su carácter de pública la convirtió en una casquivana que ha sido asaltada, vilipendiada, violada y degenerada por los personajes denominados con su masculino.
9. Cuando pensamos en féminas se nos vienen a la cabeza palabras como abundancia, alegría, belleza, elegancia, felicidad, todas estas envueltas en una minifalda, pero cuando insistimos en retirar la minifalda sólo conseguimos perder la risa, la riqueza y hasta la vida. Nótese que no hemos utilizado ningún masculino, pues el masculino de estas palabras es quien las desea.
10. Como consecuencia de lo anterior suceden la infidelidad, la maldad, la delincuencia y la tristeza, las cuales llevan al sujeto a una celda a acumular canas y a ser víctima de la juma y la fealdad.

Como se puede apreciar, estas palabras no encuentran en el léxico su correspondiente del sexo opuesto, así que se ven obligadas a autoflagelarse sin compasión. De nuevo, los aportes de nuestros lectores serán más que bienvenidos. 



2 comentários to “El género degenerado”

  • 12 de noviembre de 2016, 5:52 a.m.
    Unknown says:

    Que buen formato, me impactó, me gustan los temas...lo dicen sin pelos en la lengua, con mucha picardía..

  • 17 de noviembre de 2016, 9:02 p.m.

    Gracias por tus alentadoras palabras, que nos motivan a seguir escribiendo.

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