Un terror se cierne como espada de Damocles sobre todos los varones hoy en día y tiene un nombre: Disyunción Eréctil DE.
La Disfunción Eréctil (DE) es una patología cada vez más frecuente, que ya no sólo afecta preferentemente a los hombres de edad avanzada sino también (y cada vez con mayor incidencia), a los adultos menores de 40 años, considerados el grupo joven en el estudio realizado por un prestigioso trío de científicos colombianos especialistas en el tema[1].
El mencionado estudio concluye además que, contrario a lo que se tenía por cierto hasta hace algunos años sobre la DE, su principal causa “no radica en la psicogenicidad sino mayoritariamente en patologías vasculares tanto arteriosas como venosas”. O sea, no es el poder de la mente, ni la tara de la infancia, no fue la revista sueca y sus agigantados protagonistas, como tampoco las odiosas comparaciones que nos muestra la madre natura en lugares como Panaca, no fue el vergonzoso chasco de la primera vez o la incursión inapropiada en la alcoba paterna: ninguno de estos condicionantes psicológicos tienen relevancia ante un problema de DE.
Esto se traduce en que la vieja creencia de que el órgano sexual más grande que tenemos es el cerebro, ya no tiene validez y que, definitivamente, ¡el tamaño SI importa!, pero el del miembro masculino, muñeco, capitán, tigre, amigo, tesorito, cosito, chito, guasamaya, mondá, pechocho o como quiera que se le suela llamar.
Relegados han quedado entonces todos los afanosamente buscados afrodisíacos como el borojó, el chontaduro, los mariscos, el ginseng, la maca, el chocolate, el café, el ginkgo o el alcohol, aunque vale decir que éste último conserva sus propiedades de embellecedor, lo que no deriva necesariamente en una efectiva erección, como ha pontificado el referido estudio.
Tampoco el cuerno del rinoceronte, el miembro del tigre de bengala (caldo parao hindú), el semen de ballena o los rezos al divino niño, que constituyen otro tipo de artilugios en diferentes culturas y lugares del mundo, tienen validez e importancia, luego de conocer los resultados obtenidos por medio de estudios clínicos basados en la medicina y la evidencia.
Esto significa que si el muerto no responde a las terapias de choque tipo Esperanza Gómez o Ana Nicole, a los medicamentos vasodilatadores o estimulantes y menos a la hora feliz de los canales PPV, no queda más salida que resignarse a perder el favor femenino, ungirle los santos óleos al caído y explorar las prácticas sexuales en otras coordenadas del cuerpo, incluso extirpando lo inservible para asumir el nuevo destino con gallardía. Por supuesto, hay alternativas menos extremas y dolorosas, como iniciar un curso de seminarista senil, ingresar a la vida contemplativa en un templo budista o convertirse en pastor alemán, todas ellas lejos de las tentaciones de la carne y la mirada sarnosa de los congéneres y literalmente, muy lejos.
Caer en tal desgracia significa hoy en día morir en vida para cualquier macho alfa o al menos pasar a la categoría de Beta, con la consabida pérdida de autoestima asociada a niveles insostenibles de depresión. Lo más infortunado es que la DE no distingue raza, color, creencia religiosa, equipo preferido, abolengo, posición económica o nivel de escolaridad: sólo distingue género (masculino) y músculo (masculino también).
Tampoco existen donantes disponibles[2] (ver video abajo) ni trasplantes posibles (de algún animal aunque fuera). Ni los juegos eróticos ni los juguetes ofrecen posibilidades duraderas y sostenibles de reemplazo y claramente ninguna protuberancia del cuerpo, por más narizón que se sea o calce talla 56 en tenis, representa una alternativa que le permita recuperar al menos algo de decoro.
La buena nueva (y he aquí la disyuntiva), es que existen tratamientos médicos efectivos para la DE, que van desde medicamentos orales o inyectados directamente en la zona que se quiere resucitar hasta prótesis que permiten solucionar el problema, a veces parcialmente y en otros casos, con sobrado desempeño.
Para el caso de los medicamentos, que como en todas las situaciones médicas, tienen limitaciones (efecto de corta duración), contraindicaciones (no más de tres veces por semana) y efectos secundarios (dolor e irritación, principalmente debido a su corta duración), la recomendación es aplicarlos cuando se esté en el primer botón y no cuando apenas se esté coordinando el encuentro, si no se quieren padecer dolor e irritación.
Existen cinco tipos básicos de prótesis:
· Prótesis flexible
· Prótesis maleable
· Prótesis hidráulica de un cuerpo (ya casi no utilizada)
· Prótesis hidráulica de dos componentes (también poco frecuente)
· Prótesis hidráulica de tres componentes
En la primera categoría, prótesis flexible, se introduce a manera de relleno en los cuerpos cavernosos un material flexible tipo espuma, de gran aceptación por el sistema inmune del poseedor, pero no tanto así por el de la compañera de alcoba, ya que se asemeja a una especie de muletas que sostienen al infeliz y lo habilitan lo suficiente como para que la mujer no lo abandone (ni a usted ni a él) y pueda pasar al tablero de vez en cuando a que le tomen una paciente tarea sin rajarlo. Es ideal para parejas con muchos años de casados y presupuestos bajos, pues claramente es el método más económico después del de la abstención.
La prótesis maleable consiste en rellenar los cuerpos cavernosos con dos cilindros rígidos hechos de un material sintético absolutamente compatible con el cuerpo, que se colocan bien sea para que el pene quede perpendicular al cuerpo, listo para la acción, o hacia abajo, diríamos listo para la contorsión. En ambos casos, una condición necesaria sería entonces no tener medidas excesivas que pudieran representar una molestia a la hora de estar realizando actividades extracurriculares (reuniones de trabajo, viajando en bus a hora pico, visitando a la suegra en su cumpleaños, cosas así); en resumen, ideal para tallaje pequeño, considerando adicionalmente que entre las desventajas de este método está que la apariencia no es ni la más atractiva ni la más natural, detalle que incide notoriamente sobre la libido femenina, como veremos en un posterior artículo, fuera del alcance de este.
La prótesis hidráulica en contraste, consiste en un ingenioso dispositivo mecánico que se coloca entre el escroto, que se activa a voluntad y que bombea hacia unos conductos insertados convenientemente en los cuerpos cavernosos una solución salina estéril, de modo que simula con bastante realismo la erección natural, pero con el ingrediente picante que ya no es dependiente de condicionantes psicológicos, sensoriales o circunstanciales, sino exclusivamente de la acción mecánica ejercida a voluntad en cualquier momento. Y, atención a un detalle importante (que también aplica para la prótesis maleable): permite hacer repeticiones en ciclos continuos por períodos muy prolongados, algo que seguramente en vida no pasaba.
La diferencia entre un sistema hidráulico y otro radica en la complejidad del mecanismo, la cantidad de sustancias utilizadas y el grado de automatización y de discreción deseados. Los modelos más recientes incluyen conexión con whatsapp, facebook y twitter de manera que la bomba se va activando en la medida en que la comunicación entre el usuario y la víctima potencial se vaya calentando, respondiendo casi de modo idéntico al desarrollo normal de una conversación frente a frente.
No deja de sorprender cómo la ciencia nos ayuda hoy a resolver problemas que antaño llevaron a muchos hombres por los caminos de la desesperanza y el dolor y sólo queda imaginarse cuáles nuevos desarrollos podrán conducir en un futuro a que aquello que se cernía como una pesadilla se convierta en una experiencia que jamás imaginamos que pudiera ocurrirnos. Tal vez incluso se ponga de moda que al ingresar a la pubertad masculina se reemplace el sistema natural por otro, de bombeo artificial, conectado a internet y a redes sociales tipo Ashley Madison o Tinder, con lo cual la sexualidad va a dar un giro aún no dimensionado. Sólo habrá que tener especial precaución con los hackers y los virus informáticos.
[1] Acuña, Alonso. Cevallos, María del Pilar. Aponte, Hernán Alonso. Patología arterial como origen de disfunción eréctil en pacientes jóvenes. REDALYC Revista de urología colombiana. Marzo de 2006. Bogotá, DC, Colombia. http://www.redalyc.org/pdf/1491/149120463019.pdf
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Me pregunto, por qué el columnista está tan interesado en el tema y lo ha estudiado tanto, que ha sido su artículo mas extenso (por usar largo) y hasta nos promete un segundo capítulo (por no usar, una segunda entrega)
Me pregunto, por qué el columnista está tan interesado en el tema y lo ha estudiado tanto, que ha sido su artículo mas extenso (por usar largo) y hasta nos promete un segundo capítulo (por no usar, una segunda entrega)
Juan, nos parece un tema en el cual podremos brindar asesorías a personas que lo puedan necesitar en un tiempo cercano. Esperamos tenerles una oferta con precios módicos. No lo eches en saco roto, viejo.
Los espero para ofrecércelos a un primo. Jajaja.
Los espero para ofrecércelos a un primo. Jajaja.
Bueno. es el menor artículo .entretenido.
Mejor articulo que le he leido
La disfunción eréctil (DE) está descrita como la inhabilidad de conseguir y mantener una erección suficientemente firme para tener relaciones sexuales. Tener problemas de erección de vez en cuando, no necesariamente habla de DE. Aunque parezca ridículo, es importante reconocer los síntomas de la DE que podrían incluir 1) problemas para tener una erección;2) problemas manteniendo la erección y 3) deseo sexual disminuido. Biológicamente la excitación sexual masculina es un proceso muy complejo en el cual participa el cerebro, las hormonas, las emociones, los nervios, los músculos y los vasos sanguíneos. Es decir, la DE puede estar relacionada con condiciones patológicas ligadas a cualquiera de los elementos mencionados anteriormente. Es así que la obesidad, la hipertensión, el colesterol alto en la sangre, el uso de tabaco, la insuficiencia cardiaca, el síndrome metabólico, pueden estar relacionados con la presencia de DE. Contrariamente a lo que dice nuestro ilustre autor del presente artículo del blog, las causas de origen psicológico como depresión, ansiedad, estrés, problemas de pareja asociados al estrés y pobre comunicación pueden estar altamente asociadas con DE. De igual forma la combinación de problemas físicos y psicológicos también puede resultar en DE. En mi opinión, es interesante conocer esa serie de “aparatos antiflacidez”. Sin embargo, el enfoque que hoy debemos darle los hombres a este sensible tema debe ser más preventivo. Como médico debo insistir que el enfoque de esta discusión debe estar acorde a la prevención más que a la cura. Está demostrado científicamente que es más económico prevenir que curar. Lo anterior aplica también para la DE. Creo que las soluciones son muy ilustrativas en el artículo, especialmente la de la portada, sin embargo, es necesario reconocer en cada hombre cuál es el riesgo de desarrollar una DE. Es importante recordar que la prevalencia de la DE puede alcanzar hasta el 52% de los hombres y va aumentando después de los 40 años. Así es que señores, es tiempo de prevenir y no de fumar. MA
http://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/erectile-dysfunction/basics/causes/con-20034244
http://www.clevelandclinicmeded.com/medicalpubs/diseasemanagement/endocrinology/erectile-dysfunction/
http://www.scu.org.co/?id=1
Muchas gracias, Rodolfo, por tu comentario
Dr. Marino, gracias por tanta ilustración adicional sobre el tema. Es irónico que cuando más se exacerban las hormonas y por ende también el cerebro, las emociones, los músculos y hasta los nervios (en ocasiones), los vasos sanguíneos no nos respondan. Y muy triste que eso se deba al uso de otros vasos y de tabaco y a la ingesta de colesterol, actividades que son muy utilizadas cuando buscamos llegar a situaciones en las cuales se requiere que no aparezca ninguno de los tres síntomas que mencionas. ¿Así que para prevenir la DE no podemos hacer nada de lo que solemos hacer cuando vamos camino a utilizar a nuestro amigo sin DE? Quién entiende.