Lo que se
requiere para empelotarse sin que le critiquen.
Con ese asunto de empelotarse, debemos empezar por señalar
el significado de una serie de términos que podríamos pensar que son lo mismo.
O no son. O, al menos, son términos que no terminan en lo mismo: desnudo, encuerado,
empelote, estriptís. O, simplemente, quitarse la ropa.
· El desnudo se usa desde el principio de los tiempos
(Adán y Eva) y se refiere, además de la carencia de ropa, a la de adornos o
envoltorios, así que tiene la connotación de transparente y diáfano.
· Encuerarse no es otra cosa que dejar al
descubierto, sin prendas de vestir, el cuero, que suele estar más arrugado que
las mismas prendas después de un uso exhaustivo. Y hasta cuarteado.
· Empelote, que se parece a despelote, lleva
implícito el desorden, la ropa (y la dueña también) tirada por ahí,
precipitadamente, salvaje y descarnadamente. Como para una foto sexy.
· Estriptis, en cambio, no tiene nada de diáfano y
se debe hacer sin afano, para que el lento deshojar de las prendas vaya
despertando los sentidos y los sinsentidos.
· Por último, quitarse la ropa es el acto
cotidiano de prepararse, bien sea para ingresar a la ducha, a un yacusi o a una
piscina o solo cambiarse una o varias prendas, sin ningún ánimo de lucro.
Seguramente le hemos oído a alguna popular actriz
la frase “Sí, me desnudaría, pero solo si
se trata de un desnudo artístico. Si no, no”. Pero, quitarse la ropa para
ponerse la piyama, ¿Puede considerarse que es un desnudo artístico? Muy probablemente
no, a menos que en lugar de barriga cervecera se exhiba una atractiva chocolatina
sin derretir. De seguro, un desnudo requiere de ciertas condiciones para
recibir la denominación de “artístico”. Vamos a desnudar entonces este mito del
desnudo artístico. ¿Cuáles son sus características?
1. Es ante todo un desnudo femenino, pues si un
hombre llega a decir que, en lugar de un show sensual quiere hacer un desnudo
artístico, empieza a adquirir cierto aire de rarito. Pero más allá de ese airecillo,
es claro que el cuerpo de una mujer supera de lejos en magnetismo al de un
hombre, salvo muy contadas excepciones.
2. Los muslos marcan la pauta, ya que el ángulo A
(por oposición a la zona V) de lo que algunos denominan “la bisagra”, debe ser
estrictamente CERO, es decir, no debe ser A sino I. Cualquier “desviación”, o
sea, apertura del ángulo A, empieza a arrojar sobre la modelo un tufillo de
colaboradora de La Piscina.
3. Para que el desnudo sea bello, no debe haber nada
de vellos, pero conviene mucho que haya velos y sirve que haya velas. Con la
introducción del HD esto adquiere singular importancia, ya que la alta definición
deja en condición de empelote los granos, pelos, cicatrices y demás
imperfecciones que antes no veíamos y que una buena base podía ocultar. Por
desgracia, tales adefesios suelen aparecer precisamente en las regiones que la
artista del desnudo quiere mostrar y su público morboso quiere ver.
4. Los labios superiores (es decir, los orales)
deben estar en posición y actitud de “soplar la vela”, pero no de chuparla,
pues en este caso ya entra a la categoría de porno.
5. Los brazos (siempre gráciles y delicados) deben
ondear al ritmo de las curvas, como si el viento los agitara cual palmeras. Al
igual que el cabello, que juguetea coquetamente sobre el pecho: nada de moñas
cebolleras, caimanes, diademas, colitas de caballo y similares.
6. Los ojos son fundamentales: serenos y decididos,
miran al espectador fijamente y sin pudor. Nada de miradas exorbitadas que
indican que se ha abierto el compás o que se está pensando en ello. O peor, que
se olvidó pagar el arriendo o cualquier otro tipo de cuentas.
7. El ombligo, bien gracias, si de niña quedó bien cosido
y cocido: porque, si parece un pipí, ¡debe estar oculto! Si el ombligo es decente,
debe moverse de manera grácil y sugerente.
Por supuesto, el fotógrafo debe contar en su equipo
de trabajo con un experto en PhotoShop. Nada de verrugas, enrojecimientos,
hinchazones, lagañas y similares. Y cero dosis de etanol. Esto es un sine qua non. Se admiten cocaína,
marihuana y otras especies. Pero el alcohol es de mal recibo, pues afloja la
bisagra y espanta a la “I” del escenario.
Todos los miembros del equipo de trabajo deben
estar muy atentos y vigilantes, para asegurar que el desempeño de la artista sea
totalmente profesional. Pero cualquier tipo de miembro debe permanecer oculto,
dormido o inactivo y pasar totalmente desapercibido, so pena de echar a perder
todo el trabajo realizado durante la sesión.
Y listo. Cualquier muchachita que decida hacer un
desnudo artístico puede ya lanzarse al estrellato sin estrellarse y con una
buena probabilidad de que la busquen para que siga mostrando sus dotes por
doquier. La fama y la fortuna estarán a la vuelta de una cámara.
Tal
como dijo Joe Coker: “you can leave your
hat on”.