¿Se alimentaría otra especie
animal con un menú como el que nos ofrecen hoy en día?
Estamos en la era
light, lo cual tan solo significa que hoy en día somos presas de todo lo que
sea biodegradable, “orgánico”, reciclable, exento de grasa, exento de sal, exento
de dulce, exento de gluten, varias de las anteriores o mejor, todas las
anteriores. En general, se nos exige exceptuar de nuestro menú todo lo que no
venga exento de color, exento de olor, exento de sabor y exento de pasión.
Gastamos la primera mitad de nuestra vida desfigurando nuestro cuerpo y la
siguiente mitad (a veces menos, porque ya no nos alcanza el tiempo) tratando de
componerlo, con cosas tan novedosas como estas:
· Leche deslactosada: agua blanqueada, con el mismo
aspecto y el mismo sabor de la cal que se usaba para las paredes y los
sepulcros blanqueados, baja en grasa (o sea, en gracia) y enriquecida con un
montón de cosas que recién nos enteramos que son indispensables para nuestra
supervivencia.
· Café descafeinado:
agua coloreada con sabor a agua coloreada.
· Te destetado: solo para amantes (del té) y cuyo sabor solo
produce ganas de berrear como bebé en las mismas.
· Panela despanelada: sin caña y sin azúcar, pero con
adición de estevia para evitar la carga de glucosa y sus consecuentes efectos neurotóxicos.
· Pan desglutenizado: a base de maíz integral, exento
de fibra y de levadura y, por supuesto, mucho más costoso a pesar de que le han
quitado todo y parece un pedazo de cartón tostado.
· Azúcar morena: del mismo aspecto y sabor que
el de la panela rallada, pero mucho más cara a pesar de que no le
adicionan nada extrasensorial y es posible que en alguna cucharada le salga una
brizna de la caña.
· Chocolate en polvo: exento de grasa, de dulce, de
calorías y hasta de cacao, para conservar la línea y arruinar la felicidad.
· Arroz desfibrilado: diurético y bioenergético, evita la gordura,
rejuvenece el riñón y ayuda a limpiar el organismo.
· Mantequilla desgrasada: exenta de grasas trans, cis y
para, es decir, exenta de gracia; enriquecida con DHA y extraída de
la leche producida por vacas alimentadas con antipasto, es decir, antileche, la
cual es exenta de todo, hasta de leche.
· Pollo destodo: desplumado, despellejado,
deshuesado, desviscerado y desovado, no vaya a ser que le crezca a uno un alien
en la barriga.
· Huevo orgánico: con abundantes colesterol y
proteínas, porque ha sido parido por gallinas gordas que vagan por ahí tragando
gusanos, babosas, restos de comida y cuanta porquería al
natural encuentren
en el piso. Pero, eso sí, nada artificial ni hormonalizado ni transgénico.
· Carne adelgazada: desfibrilada, desgrasada, desmechada y desnervada
para proteger nuestro sistema nervioso, prevenir la embolia cerebral y para evitar que los gordos
grasosos se nos depositen ahí donde el animal los tenía antes de su sacrificio.
· Cerveza desmaltosada: sin fermentar, exenta de
alcohol, apta para menores de edad, para conductores elegidos, para beodos en
proceso de regeneración y para la orinoterapia.
· Gaseosa cero: cola sin cola, sin edulcorantes ni
preservantes ni saborizantes ni estimulantes ni sedantes, elaborada con agua,
un gas inerte y cafeína descafeinada, con apariencia, sabor y efectos muy
parecidos a los de un limpiador de taller automotor.
· Papa desalmidonada: para favorecer su fritura y
eliminar su ricura, al tiempo que evita que el pescuezo se ponga tieso.
· Habas deshabilitadas: para evitar los síntomas del
favismo en pacientes que aún añoran a Leonardo Favio.
· Sal desalinizada: exenta de sodio, cloro, yodo y
flúor, granulada, antihidratante y desabrida, con la que sin duda usted tendrá
unos dientes de colores y una glándula tiroides linda e inútil.
· Agua desmineralizada: desparasitada, despolarizada y
neutralizada, ultrafiltrada y ozonizada. Tan pura, transparente e inerte que las
plantas no la absorben, los peces la rechazan y a los humanos nos envenena.
Si lo que usted pretende comer no es verde, no contiene fibra, proviene
de un animal sacrificado, (que tampoco nadie se comería vivo), o simplemente
sabe a algo, entonces no es saludable, le va a producir cáncer, Alzheimer,
diabetes, hipertensión y otras plagas de la vida moderna y definitivamente lo
hará morir prematuramente
Los genios del marketing y la publicidad ya encontraron una senda para
el desarrollo de nuevos productos y no van a parar de ofrecer “lo último” en
tecnología, gastronomía, culinaria, dietética, nutrición, cosmética, etc.,
etc., para que todos seamos cada día más prósperos y felices.
Estás en lo cierto mi querido pan de trigo...perdón, pan sin trigo.
Y alcanzó a dejar abierto otro tema: el de la cosmética.
Hemos caído en muchas degeneraciones alimentarias que arriba se mencionan. El comercio cada día inventa una nueva aberración alimentaria para un nuevo grupo de desviados alimentarios, bajo conceptos innovadores y estilizados. La moda ocupa un papel infinito en esta problemática. Algo que me preocupa enormemente es que a algún genio de la gastronomía culinaria tipo “Harry Sasson” o “Andrés deja lo del mes” se invente platos como el Cuchuco de trigo con espinazo light, Mazamorra Chiquita con harina extra refinada de Irlanda, Cocido Boyacense sin tubérculos, Mondongo sin epitelio (sin recubrimiento) o Mute de mazorca sin germen y sin extracto etéreo. Mi recomendación, coma, beba, con moderación. Les dejo estas guías de alimentación saludable de la FAO. http://www.fao.org/docrep/014/am401s/am401s02.pdf
MAC
Si se abren más temas, significa que el tema estuvo bien. Y que tenemos tela para cortar. Gracias. Ahí estaremos.
Gracias a los genios del marketing, nos esperan infinitas opciones gastronómicas. No importa cuáles sean las combinaciones, la razón la tienen ellos. Y los demás, pagamos. No se te haga extraño que pronto entren en vigencia tus propuestas