No alcanzamos a imaginar hasta dónde puede llegar la ciencia.
Gracias a la creatividad humana, es claro que la realidad supera a la ficción.
La ciencia médica ha avanzado de manera tan sorprendente que cabe
esperar que en un futuro cercano se produzcan hallazgos y desarrollos que
superarán por mucho hasta a la capacidad especulativa más prolífica.
Un ejemplo de lo anterior es la reciente cirugía de reconstrucción
anatómica que le fue practicada a un hombre de tan solo 35 años. Este
procedimiento quirúrgico se convirtió de repente en noticia viral, gracias a la
conjunción de varios hechos particulares
En primer lugar, hay que destacar que la operación global, tal
como fue realizada esta vez, no se había intentado nunca antes.
No menos importante es que fue realizada aquí, en un país
subdesarrollado y no en uno de los afamados centros de investigación médica y
científica de algún país del primer mundo, lo que por supuesto provoca cierta
suspicacia y cubre con un injusto manto de escasa credibilidad el sobresaliente
trabajo de nuestros galenos.
También, se debe poner de presente que esta operación se convirtió
en un récord Guinness debido a que es la intervención quirúrgica más prolongada
que se haya realizado hasta hoy en día: ¡32 horas! Por supuesto, no existe una
especie de competencia entre las diferentes instituciones con el propósito de
destacar a aquella que logre mantener a un paciente en un quirófano durante más
tiempo, ya que, por el contrario, lo que usualmente se busca es que los
procedimientos resulten tan expeditos como sea posible. Por eso precisamente es
que adquiere singular relevancia este récord, ya que muestra a las claras el
alto grado de complejidad de este logro alcanzado por los cirujanos de nuestro
país, quienes una vez más nos ponen a la altura de las cumbres más elevadas de
la ciencia mundial.
Otro aspecto inusual de este caso, es que dentro del grupo de
profesionales que estuvieron a cargo, además de los consabidos y previsibles
especialistas que conformaban el equipo quirúrgico, como cirujano,
anestesiólogo, auxiliares e instrumentadoras, se incluyeron una fonoaudióloga
especialista en desarrollo del lenguaje de los pacientes post-trombolíticos, un
otorrino especializado en lenguas modernas, una psicóloga experta en
interacciones cognitivas post-traumáticas, un afamado sommelier de un
prestigioso bistrot francés y una conocida prepago, ahora muy famosa y
cotizada por haber obtenido el año pasado el tercer puesto en el concurso
mundial del beso más artístico en la feria erótica de Barcelona.
El procedimiento consistió en la extirpación o resección total de
la lengua del paciente (operación que en lenguaje médico denominan glosectomía
total), la cual se encontraba afectada por un cáncer muy agresivo y proseguir
con su reemplazo mediante la utilización de otra parte del cuerpo, de manera
que se lograsen mantener las funciones principales de este órgano dentro de los
procesos sensoriales (la degustación), digestivos (la deglución) y
comunicativos (el habla), así como su función sexual.
Parte de la complejidad de dicho procedimiento y una de las
principales causas de que tomara tanto tiempo fue la necesidad de probar
tejidos de diferentes partes del cuerpo y de efectuar un proceso de ensayo y
error que permitiera, mediante el concurso de los expertos invitados,
determinar cuál sería el sustituto de la lengua que le brindaría los mejores
resultados al paciente y que al mismo tiempo le mantendría su calidad de vida,
considerando su juventud y su aún amplia expectativa de vida.
Se emplearon diversas zonas del cuerpo, pensando en todo momento
en que las porciones retiradas no fueran en desmedro de la calidad de vida del
paciente. Incluso se pensó en utilizar el prepucio, pero se descartó debido a
que el paciente estaba dormido y por tanto el tejido no era tan largo como se
necesita para que la lengua pueda cumplir las funciones habituales.
La metodología que estos innovadores, audaces y atrevidos expertos
utilizaron consistió, en definitiva, en elaborar una lengua con el posible
tejido, implantarla provisionalmente y luego probar su funcionalidad y
desempeño. Con el fin de reemplazar los 17 músculos que mueven la lengua, los
cuales también estaban afectados por el cáncer, fue necesario combinar fibras
musculares de diferentes miembros, pero se buscó siempre emular la
sensibilidad, la flexibilidad y la rugosidad del órgano original. Este proceso
se realizó cinco veces, hasta cuando el grupo, ya exhausto, decidió dejar la
última opción que habían instaurado, a sabiendas, luego de su prolongada
experimentación, que era imposible lograr todas las funciones en el implante y
que, por lo tanto, se debían sacrificar algunas.
Otro aspecto notable, que puso esta noticia en boca de todos, fue
la extraordinaria rapidez con la cual se recuperó el paciente, quien permaneció
tan sólo dos semanas en la unidad de cuidado intermedio y luego una más en
observación, exámenes y controles médicos, así como en pruebas exhaustivas de
desempeño, para ser dado de alta. Se explicó que esto fue gracias a que, para
elaborar el implante, se utilizó una porción de músculo largo, la cual fue
recubierta con una mezcla de tejidos anal y del intestino delgado logrando una total
compatibilidad microbiana y eliminando así las complicaciones que con tanta frecuencia
se presentan, debidas al rechazo que realiza de modo normal la flora presente
en un lugar determinado hacia la del órgano intruso o trasplantado.
Según habían anticipado ya los científicos, no todas las
funcionalidades de la lengua se recuperaron e incluso se nota a simple vista
que al hombre sí le quedaron pelos en la lengua, aportados por algunos trozos
de los tejidos implantados.
Cuando se indagó por qué no se intentó reemplazar el órgano
original con uno sintético, el de un animal e inclusive, el de algún donante
humano, se le explicó a los medios que la lengua, aunque parece un músculo
sencillo, reviste altísima complejidad y no ha sido posible desarrollar un
material sintético convincente, toda vez que dentro de sus funciones está
interactuar con otras lenguas y que si estas sí tienen sus papilas gustativas
completas, se producirían efectos desastrosos, tanto en la libido del
paciente como en la de sus posibles acompañantes sexuales.
Tampoco cabe considerar el empleo de la lengua de ningún animal,
pues ese órgano desempeña en el ser humano una función para el habla y una
participación activa en los procesos de cortejo y apareamiento, lo cual
requiere de un tamaño y versatilidad de movimiento que no se han encontrado en ninguna otra especie.
Con respecto a la posible donación por parte de un humano, los
investigadores encontraron que ni siquiera aquellas personas con un alto
sentido altruista, que están dispuestas a dejar a sus congéneres todo lo que
sea rescatable de su cuerpo una vez fallezcan, están dispuestas a donar su
lengua. La psicóloga del grupo interdisciplinario cree que las interacciones
linguales de los humanos generan unos vínculos sociales que van más allá del
simple intercambio salival y, en cambio, generan experiencias, recuerdos y sensaciones
que se transmiten de un individuo a otro, como lo expresa claramente la
conocida balada "besos usados", las cuales nadie quiere que se
traspasen a otra persona. Es decir, no hay donantes.
Cuando un periodista le preguntó al hombre operado qué pensaba de
su operación, cómo se sentía con su nueva lengua y si recomendaría este
procedimiento a otras personas, él contestó:
¡Stoz
dejgraziadoz meh djaroon lahg gettra kmo zy twvierra wm predaxio dhe bergña
imkrwstradea, mhajdri2 y meh dexarhom herrijas pj todho elh qwergpo
hp#%$$$*****+*¥¥£q€ !
Los factores de riesgo conocidos para cáncer de lengua son el consumo de tabaco, y factores mecánicos. Si detecta una lesión nueva en su boca consulte a su médico u odontólogo. Aquí información adicional http://www.enfermedadesysintomas.com/cancer-lengua.htm
Querido MD de cabecera: Gracias por tu científico aporte. Permítenos una pregunta. ¿Hay documentación bibliográfica sobre el cáncer de lengua producido por las tareas que desempeña este órgano en los quehaceres sexuales?